Durante de dos días nos reunimos con los estudiantes de los dos colegios de Monguí para invitarlos a ser parte de Mi Páramo, no sin antes exponerles la situación de estos ecosistemas y ayuda que ellos pueden ir aportando.
Con cámara profesionales, analógas y hasta de celulares, iniciamos una caminata hacia el páramo de Ocetá, donde por medio de la fotografía ellos iban aprendiendo sobre la importancia de la conservación de este importante ecosistema.
Con esta crónica inició esta travesía, pues en 2012 no sabíamos ni siquiera que había un páramo en Monguí. Solo hasta que pusimos los pies en estas hermosas tierras. Fue así como nos dimos cuenta que era importante dejar como turista un granito de arena a la comunidad.